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Lucha entre las clases enemigas de los explotados y los explotadores, que constituye la principal fuerza motriz de todas las formaciones económico-sociales antagónicas. Las clases y la lucha de clases fueron descubiertos por los historiadores y economistas avanzados aun antes de la aparición del marxismo. Pero sólo Carlos Marx y Federico Engels crearon la consecuente teoría científica de la lucha de clases, llevándola hasta el reconocimiento de la necesidad y la inevitabilidad de la dictadura del proletariado.

Los intereses de las clases dominantes y oprimidas son irreconciliables. Las clases dominantes siempre aspiran a conservar y consolidar el régimen económico existente, a fortalecer la explotación de los trabajadores. Las clases oprimidas luchan por el mejoramiento radical de su situación, por liberarse de la opresión y de la esclavitud. La lucha de clases se agudiza particularmente en las condiciones de la última formación explotadora, el capitalismo. La lucha de las masas explotadas contra la burguesía es encabezada por la clase más avanzada y consciente de la sociedad contemporánea, el proletariado. La lucha entre la burguesía y el proletariado se manifiesta en tres formas principales: la económica, la política y la ideológica. La lucha política tiene una importancia decisiva para la victoria de la clase obrera. La forma superior de la organización de clase, que dirige la lucha de clase del proletariado es el Partido, que se basa en las posiciones del marxismo-leninismo. En la época del imperialismo el desarrollo de las luchas de clases lleva inevitablemente al proletariado a la revolución socialista, que él realiza en unión con las masas trabajadoras del campesinado. Al conquistar el poder político y establecer su dictadura, la clase obrera entrega los medios de producción en propiedad a toda la sociedad, liquida las clases explotadoras y dirige la construcción del socialismo.

Como resultado de las transformaciones socialistas quedan las clases amigas, los obreros y campesinos, así como la intelectualidad trabajadora socialista. Este proceso ya se realizó en la URSS y se realiza en la actualidad en otros estados socialistas.

Para la URSS, después de la liquidación de las clases explotadoras, la lucha de clases se ha trasladado a la arena internacional, donde tiene lugar la lucha entre los dos sistemas, el socialista y el capitalista. Mientras exista el sistema capitalista, será inevitable la lucha de clases de los trabajadores de los países socialistas contra las maquinaciones de la burguesía imperialista. La experiencia demuestra que al mismo tiempo que llevan a cabo la construcción comunista pacífica, los países socialistas tienen que fortalecer incansablemente su capacidad defensiva, para estar prontos a repeler cualquier agresión.

En la sociedad socialista, que representa la primera fase del comunismo, todavía subsisten los “lunares” del capitalismo en la conciencia de los hombres. En la lucha ideológica del socialismo con el capitalismo, el último trata por todos los medios de avivar, acrecentar y utilizar para sus fines las supervivencias del capitalismo (los vestigios de la psicología de propietarios, la moral burguesa, las manifestaciones del nacionalismo, &c.). La extirpación de los vestigios del capitalismo de la conciencia de los hombres es una de las condiciones importantes de la construcción de la sociedad comunista.

Antecedentes históricos de la lucha de clases

Lucha de clases - Nicolás Maquiavelo
Los antecedentes de la lucha de clases aparecen en los escritos de Nicolás Maquiavelo.

Aunque fue formulado en (y se atribuye a) la obra de Carlos Marx y Federico Engels en el siglo XIX, de cuya influencia y popularidad se derivaron las doctrinas del socialismocomunismo y el materialismo histórico, los antecedentes de la lucha de clases pueden rastrearse mucho antes, en los escritos de Nicolás Maquiavelo (siglo XVI).

El filósofo italiano dividía los bandos en tensión en toda sociedad políticamente organizada entre “el pueblo” gobernado y “los grandes” gobernantes. Posteriormente, con el advenimiento de la Era Moderna y el triunfo de los valores burgueses (como la propiedad privada y el liberalismo), estas tensiones pasaron a ser entre propietarios y trabajadores. Jean Jacques Rousseau, François Quesnay, Edmund Burke y el padre del capitalismo, Adam Smith estudiaron dicho proceso en sus respectivas obras.

Los anarquistas, conviene añadir, fueron quienes asumieron el concepto más similarmente a como lo planteaba Maquiavelo, dando en el tiempo origen a una amplia gama de posturas políticas y filosóficas respecto al modo en que el derrocamiento del Estado burgués debía ocurrir: el anarcocapitalismo, el antiestatismo, anarconidividualismo, etc.

Karl Marx

Carlos Marx (Karl Marx en alemán) fue quien mejor formuló este concepto y lo popularizó en el mundo contemporáneo. Tomando la línea de pensamiento que iba de Maquiavelo a Burke, propuso que las tensiones de la lucha de clases empujaban la rueda de la historia, generando progreso y cambio social. Sus palabras fueron: “La historia (escrita) de todas las sociedades existentes hasta ahora es la historia de la lucha de clases”.

Así, Marx formula la “Teoría de la lucha de clases como el motor de la historia”. En su visión, esta lucha era por apropiarse de los medios de producción, secuestrados por la propiedad privada y la burguesía para poder explotar a la clase trabajadora y mantener un estatus de vida privilegiada, a costa del esfuerzo de la mayoría empobrecida.

La resolución prevista por Marx era la transformación paulatina del capitalismo hasta que sembrara él mismo las bases de la Revolución, que derrocaría el orden burgués e instauraría la “Dictadura del proletariado”, necesaria para el advenimiento de una sociedad sin clases: el comunismo.

Consciencia de clase

La doctrina marxista llama “conciencia de clase” a la capacidad de los individuos y las masas de tener conciencia de a qué clase social pertenecen, para así actuar en consonancia con las necesidades de su estamento social y no jugar el juego de las clases dominantes. La alienación es lo contrario a la conciencia de clase: la imposibilidad de percibir la explotación capitalista a la cual se somete a los trabajadores.

Esta terminología es muy empleada en los discursos de la izquierda revolucionaria y las ideologías socialistas, a menudo como un mandato (la conciencia de clase) o un término peyorativo (la alienación).

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